Les propongo un ejercicio, imaginen que por alguna causa se encuentran postrados en una cama, necesitan de alguien para levantarse de la cama, para alimentarse o para beber agua. Les doy a elegir entre dos personas que atiendan sus necesidades. Una les ve como una persona disminuida, incapaz y dependiente, les atiende con amor y cierta condescendencia.
-Deje, deje, ya se lo hago yo.
-No, no haga esfuerzos que para eso ya estoy yo.
La otra considera que su movilidad se ha reducido, atiende sus necesidades con amor y le anima a recuperarse, le trata como a un igual.
-¿Cómo se encuentra esta mañana?
-¿Necesita algo?
Así, ¿por cuál de estas dos personas preferiría ser atendido?